lunes, 13 de mayo de 2013

¿Por qué nuestr@s hij@s se portan mal solo con la mamá?


He encontrado una buena respuesta en este blog personal y me ha parecido una opción acertada para compartirlo con mi público. Espero que os guste.

El Blog de Catalina: ¿Por qué mi hij@ se porta mal solo conmigo?

Esta pregunta sale frecuentemente en las conversaciones con mis amigas: ¿por qué nuestr@s hij@s se portan mal solo con la mamá?.

Un día me tocó ayudar a una amiga que debía hacer un montón de trámites y me quedé cuidando a su pequeña que estaba enferma  mientras mis pequeños estaban en el Jardín y yo tenía un día libre.

Mi amiga me dijo un montón de cosas sobre la Fernanda, desde que era llorona a que no se querría comer la comida, que le costaba dormir, en fin, las típicas frases que todas las mamás decimos cuando tenemos que “encargar” a nuestros amados hijos con otras personas. Es casi una manera de preparar el terreno para que la persona en cuestión no quede curada de espanto.

En fin, no pasó nada de lo que mi amiga me dijo. Incluso hacerla dormir fue más simple de lo pensando, considerando que el Seba y la Martina tienen unos rituales para ese momento.

Durante mucho rato con mi amiga, estuvimos pensando y dándole vueltas al tema de por qué no se “portaban bien” con nosotras. Pasamos de pensar que somos las peores mamás, que estamos haciendo las cosas mal hasta que definitivamente es algo independiente de nosotras.

La verdad es que estuve leyendo harto sobre el tema de los límites en los niños y qué podemos hacer las mamás para criarlos con amor.

Los niños generalmente tienden a tener un comportamiento distinto con las mamás, porque ellos desean primero, estar con nosotras todo el tiempo posible, muchos no entienden la relación espacio y tiempo, y segundo, muchas veces no entienden por qué debemos ir a trabajar o hacer el aseo de la casa. En estos casos lo principal es conversar con ellos y buscar estrategias para que entiendan la importancia de que mamá trabaje o que ellos también sean parte de mantener la casa limpia y bonita.

Hay que comprender que los niños quieren estar con nosotras para buscar la forma de integrarlos a nuestras actividades diarias y se sientan respetados y considerados, evitando que tomen rechazo o recelo.

El “portarse mal” muchas veces lo entendemos como las pataletas, el llanto o no querer hacer lo que “nosotras queremos que ellos hagan” generando frustración. En ese aspecto hay que entender que esta reacción es porque el niño siente que hay algo que no le esta funcionando en su vida y en su propio sistema. Cuando a nosotras nos molesta algo en nuestros zapatos los revisamos y luego vemos si funcionó la solución. Eso mismo debemos hacer con nuestros hijos: si vemos algo que es extraño en él debemos investigar y ver qué está pasando para darle solución. 

El tema de los límites siempre es complicado, porque pisamos terreno pantanoso. Muchas veces no queremos ser estrictas, pero tampoco demasiado relajadas. Hay que buscar un equilibrio que adecuado para nuestros hij@s.

Como consejos sobre los límites:

- Muéstrate segura pero con afecto, conversa y explícale lo que está pasando.

- Mantén la coherencia entre papá y mamá. Es un clásico que siempre se repetirá, pero papá y mamá son uno respecto a las decisiones de los hij@s, no puede darse que mamá diga no y luego papá diga si.

- No le des más de una orden. Las órdenes múltiples confunden a los niños.

- Respeta el enojo de tu hijo, recuerda que tiene derecho a enojarse.

- Sé clara y concreta en tus frases.

- Sé constante. Los niños perciben cuando dejamos vacíos que pueden aprovechar, por eso mismo, mantén tu postura.

- Establece límites acordes a la edad de tu hij@, recuerda que los niños tienen que vivir procesos según su edad.

- Generalmente utilizamos frases negativas sobre lo que no puede hacer. Hagamos lo inverso, digámosle lo que tiene que si puede hacer. 

- Explícale las reglas del juego y las consecuencias de sus actos. Es importante que entiendan que sus actos tienen consecuencias, desde si rompe un juguete ya no podrá jugar con él hasta la importancia de alimentarse.

También es importante que debamos recordarnos que no somos Super Mamás y que dentro de esta labor debemos tener el apoyo de nuestras parejas para que nuestros hij@s se sientan seguros.

10 Consejos para poner límites a los hijos:

1. Objetividad.  ”Pórtate bien”, “sé bueno”, o “no hagas eso”. Un niño no entiende lo que es bueno o malo, o lo que es portarse bien. Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. “no botes la comida al suelo” es mejor que un “Ten modales en la mesa” frase que no entenderá, “no sueltes mi mano en la calle” es mejor que un “Agárrame la mano” no entenderá cuando, ni dónde, “habla bajito” es siempre mejor que un “shh cállate”.

2. Opciones.  Las opciones son buenas para hacer que tu hijo obedezca algo que no quiere, debes saber como mostrarle una opción entretenida. Si les das una opción, el niño se siente con el control y la libertad, aunque tú la tengas. “Prefieres que te de yo la comida o te la pico bien y te la comes tú”, “prefieres ducharte o bañarte”.

3. Firmeza. La firmeza no tienen por qué estar relacionada con brusquedad, podrías asustarlos y si sabes cómo ser firme no será necesario levantar la voz ni se pesado. Un tono de voz seguro, sin gritos, y un gesto serio en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. el niño debe entender que no tiene otra opción más que la que das, pero antes de decir “Deja de tirar las cosas” gritando, prefiere usar un “hijo, lleva los juguetes a tu pieza ya? este espacio no es para jugar” con tono firme y duro, sin gritos.

4. Acentúa lo positivo. Los niños reciben de mejor manera las órdenes positivas que las negativas. Prefiere un “Habla bajito” a un “no grites”.

5. Guarda distancias. cuando a una orden se le antepone un “Yo quiero” (aunque suene extraño) estamos generando una lucha de poder personal y egos con nuestros hijos. Esto puede traerte malas consecuencias, por ejemplo de cariños personales. Evita el “quiero que comas ahora”, cámbialo por un “son las 12 hora de almorzar”, en cualquier caso su rencilla no será contigo, será con el reloj.

6. Explica el porqué. Los niños necesitan respuestas y para que entiendan una orden necesitas explicarles el por qué. La respuesta “porque sí” no sirve con niños, no entenderán y a lo largo de su vida, cuando crezcan te van a pedir las mismas respuestas que cuando niños no tuvieron. niños. Manifiesta esta razón en pocas palabras.”No muerdas a las personas. Eso les hará daño” o “Si tiras los juguetes de otros niños, ellos se sentirán tristes porque se rompen”, son buenas opciones antes de un simple “porque no”.

7. Sugiere una alternativa. Las alternativa acompañan al límite y hace que parezca más positivo, como si lo estuvieras compensando,  ”ese es un lápiz labial, no es para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel para pintar”. Sentirán que sus deseos sí son aceptados.

8. Firmeza en el cumplimiento. Las reglas flexibles confunden a  los niños, si les dices que la hora de dormir es a las 8 y otro día se acuestan a las 9 de la noche el niño podría después pedirte esa flexibilidad.

9. La conducta estuvo mal, tu hijo no es malo. Deja claro a tus hijos que tu desaprobación está relacionada con su comportamiento y no va directamente hacia ellos. No muestres rechazo hacia los niños. Antes de decir “eres malo”, deberíamos decir “eso está mal”.

10. Controla las emociones. Debes evitar que tus emociones se salgan de control, si estás muy enojada, piensa, respira y luego castiga o corrige. Puedes causarte daño a ti misma y a tu hijo por un mal trato innecesario en un mal momento. Evita los gritos, pero se firme.

Con estos consejos seguramente te darás cuenta si estás equivocada y es momento de corregirlo o verás que tan bien encaminada estás. Nadie nace sabiendo ser mamá o papá, y tus hijos tampoco vienen con un manual bajo el brazo.

Fuente: http://www.revistacarrusel.cl/


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