lunes, 17 de junio de 2013

Cambios físicos y psicológicos de los niños y niñas entre los 9,10 y 11 años


Cambios en los niños entre los 9 y 11 años
Cambios en los niños entre 9 y 11 años
Los niños de 9, 10 y 11 años siguen creciendo en altura y peso a un ritmo normal, aunque en estos años es cuando suele aparecer el fenómeno de los “estirones”. Por norma general, los chicos suelen ser más altos y pesados que las chicas. Y en esta etapa se produce un hecho muy importante: el desarrollo empieza a ser diferente en niños que en niñas. A partir de los 10 u 11 años en las chicas se inicia el desarrollo del pecho, las caderas se ensanchan, la musculatura se afina… Sin embargo, el desarrollo de estos caracteres sexuales en chicos es algo posterior.

Este desarrollo físico distinto en chicos y en chicas tiene su reflejo a nivel psicológico. Las niñas de 9, 10 y 11 años empiezan a relacionarse más entre ellas y hacen piña como grupo. Les gusta más pasar las horas hablando o jugar a juegos tranquilos donde haya mucha interacción oral. Los chicos de esta edad también hacen pandilla y suelen escoger juegos muy activos con mucho contacto físico.

A nivel emocional, tanto los niños como las niñas de 9, 10 y 11 años inician una separación cada vez mayor de sus padres. Las normas familiares son las que rigen su comportamiento pero empiezan a ser conscientes de que en la familia de sus amiguitos, los padres hacen y exigen cosas diferentes. Es posible que empiecen a cuestionar a los padres sobre la manera en la que ellos hacen las cosas. También empiezan a tener más conciencia del contexto social y les empiezan a preocupar temas como la muerte de alguno de sus progenitores, el divorcio, las guerras, la política, etc. El grupo de amigos cobra mayor importancia y es el momento en que ellos mismos piden quedarse a dormir o pasar la tarde en casa de algún compañero. Es un momento propicio para que aparezcan las mentiras, el engaño, el cuestionamiento de las normas o las malas contestaciones como parte de esa independencia, que se está fraguando y que alcanzará la cima en la adolescencia
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Como padres es importante respetar sus necesidades de individualidad. Pero no debemos olvidar que las reglas las seguimos poniendo nosotros. Podemos razonarlas, explicarlas e incluso negociarlas hasta cierto punto, pero los padres seguimos teniendo el mando. A la hora de dialogar con nuestros hijos, hay que centrarse en unas reglas básicas (pocas pero firmes) e insistir en lo fundamental. ¡No beneficia a nadie que perdamos energía discutiendo por cuestiones de poca trascendencia!

lunes, 3 de junio de 2013

Comer en familia: un hábito saludable.





Comer en familia: un hábito saludable.

Comer en familia impide que los niños abusen de alimentos poco saludables y es el mejor escenario para que aprendan hábitos alimentarios correctos.

Hay niños que comen solos mientras ven la televisión. 
Hay niños que comen solos en la cocina mientras sus padres realizan otras tareas. 
Hay niños a quienes se les permite comer en su habitación sin compañía.

Todos ellos tienen más riesgo de sufrir trastornos alimentarios o sobrepeso. 

Por el contrario, los niños que comen en familia por lo menos tres veces por semana disminuyen en un 32% el riesgo de padecer un trastorno alimentario y en un 15% la posibilidad de ser obesos, según datos de Pilar Gómez Enterría, coordinadora del área de Nutrición  (SEEN), 

Un buen ejemplo nutricional para los niños.

Cuando los niños comen solos es más sencillo que sigan hábitos poco saludables: ingieren menos frutas y verduras, abusan de alimentos procesados y azucarados, les cuesta más comer el pescado... En cambio, si los niños se sientan a la mesa con la familia, los padres o los abuelos insisten hasta conseguir que mantengan costumbres adecuadas, como acabar todas las verduras del plato y tomar de postre una manzana, en lugar de un helado, o comer en el desayuno tostadas con pavo, en lugar de bollería industrial.

Comer en familia incluye hacer la compra y preparar los alimentos con ayuda de los niños. Además, junto con lo anterior, es importante tener en cuenta que comer en familia empieza antes de sentarse a la mesa. Los expertos aconsejan involucrar a los niños en el momento de hacer la compra y preparar los alimentos. De este modo, se consigue que los pequeños interioricen un modelo nutricional sano. Cada vez más investigaciones señalan los beneficios de comer en familia. 

Las claves de los efectos positivos que la comida en familia tiene en la alimentación de los pequeños podrían ser, según los investigadores, el ejemplo saludable que transmiten los adultos con sus buenos hábitos y la posibilidad de que estos frenen a tiempo las tentaciones de los niños.

El papel de los abuel@s en la alimentación de los menores es primordial.

Para muchos padres no resulta sencillo comer con frecuencia con sus hijos. Hoy en día, muchos progenitores trabajan todo el día y la responsabilidad de cuidar a los niños recae, en buena parte, en los abuelos.